miércoles, 8 de octubre de 2014

Can you fix the broken?

Quizás haya cosas que nunca se superan. Como un accidente, la perdida de alguien querido, una decepción, una pelea, un incidente, una persona o una situación.

Normalmente, cuando algo no se supera es porque te ha roto el alma, te ha partido el corazón de una forma tan, tan intensa que se crea un agujero negro en el pecho, un vacío tan grande y negro que se lo traga todo. Se suele creer que ese vacío tan grande te lo crea un desamor. Quizá tu primer amor, o tu gran amor. Esa persona que a la que has querido tanto y te ha hecho tanto daño. Y es cierto, que ese dolor es incomparable, pero solo es eso: dolor. Quizá decepción. Pero de este, no es del tipo de cosas que no se superan del que yo hablo. El amor se supera, o casi siempre. O por lo menos la vida sigue, y tu con ella. Porque la vida no espera a nadie. Pero no, siento deciros, que esta vez no es cosa de amor. Quizás haya cosas que de veras nunca se superan. Que te dejan marcado, que se te quedan en la piel, en los ojos, en cada surco de cada lagrima que ha recorrido tu mejilla, en el corazón, en el alma y tu cabeza. Y lo verdaderamente curioso es como eso te afecta psicológicamente. Primero pasas por la fase más expresiva: lloras. Lloras hasta que no te quedan lagrimas ni aliento; lloras hasta que te quedas dormida y te despiertas con la sensación de estar muerta. Después, empiezas a afrontarlo, no a aceptarlo; aceptarlo es demasiado complicado y doloroso. ¿Cómo aceptar que todo por lo que has trabajado, todos tus sueños, simplemente ya no existen? Afrontarlo es doloroso pero llevadero. Todos preguntan, tú respondes y dices que no pasa nada, que esta todo bien, que era inevitable; y te tragas las ganas de llorar y cuentas hasta diez, porque ¿de qué te sirve llorar?

Y así pasan los días, las semanas, y poco a poco te vas creyendo que todo esta bien, que no pasa nada, que era inevitable y que estas contenta. Dicen que cuando uno repite mucho una misma mentira, acaba por creérsela. Sin embargo construir una nueva vida sobre un castillo de naipes es muy peligroso. Y al final todo vuelve. Cuando menos te lo espera vuelve, la decepción, la tristeza y esa sensación, mejor dicho, esa certeza de que no vales para nada. Ni para lo que deseabas, ni para lo que tienes. Porque al fin y al cabo no eres más que una barca perdida en un mar en tormenta luchando por mantenerse a flote. Y en ese momento, quieres huir. Quieres irte. Y nadie entiende porque, porque lloras y porque razón lo exageras todo. Porque nunca nadie se fija en el vaso, solo en la pequeña gota que lo colma. Nadie se fija en las grietas del cristal o en lo opaco que se ha vuelto. Es demasiado molesto. Y ese pequeño vaso ya no es más que pequeños y rotos fragmentos de cristal que ya no saben recomponerse, no pueden. Quizás no quieran. Porque recomponerse significa avanzar, olvidar aquella esperanza que te ha movido toda tú vida, y que ya no esta. Y nunca estará.

Quizás esta barca ya no quiera navegar más, quizás sienta que su travesía no lleva a ninguna parte y que su gran oportunidad ya zarpó. Quizás este vaso ya no quiera recomponerse, ya no quiere ser transparente y resistente, porque ya no puede. Y quizá  no quiera recomponer un espejo que refleja algo que no quiero ser.

martes, 7 de octubre de 2014

Lujuria, divino tesoro.

Gritar. Gemir. Sudar.Besar.Embriagarte. Notar piel contra piel, la lujuria, los labios contra su cuello. Una carrera entre sus labios y entre tus piernas. Entre tus dedos y su espalda. Un escalofrio, todos tus músculos contrayéndose, retorciéndose bajo otra piel en una danza de cuerpos cálidos como una hoguera. En cierto modo como la noche de San Juan, bailando a su alrededor y dejándote guiar por el
ritmo de sus latidos, de los tuyos, latiendo a una velocidad vertiginosa, como el de un colibrí. Libertad. Esa sensación de ser un pájaro echando a volar, volando hacia el sol sin que nada pueda derretir tus alas. El limite deja de estar en el cielo, los rascacielos se quedan pequeños. Las únicas barreras arquitectónicas son la piel, que acaricias, que besas, abrazas con la esperanza de que deje de existir ambos cuerpos diferenciados. Creo que toda la literatura, las canciones y las obras de arte se quedan cortas en comparación con la perfección de sentir sus labios besando mi desnuda clavícula, la pasión de cada beso recorriendo cada centímetro de mi espalda, de mis hombros, de mi cuello. Sexo. La única actividad de Dioses que el humano puede experimentar. Esas noches que nunca parecen terminar, incapaces de querer que se terminen. Enredada entre las sabanas, en la noche, en su respiración entre cortada y en su voz. Esa manía mía de morderme el labio... y esa manía suya de besarme como si fuera la última vez cada vez que lo hago. De besarme para tranquilizarme, como aquella primera vez, cuando por cada gesto de dolor, su mirada se cruzaba con la mía y sin decir ni una palabra decía "Todo va a salir bien", y me besaba. Pasado. Presente. Urgencia. Tirarlo todo al suelo. Romper cosas y que no te importe. Esas veces que me pone contra la pared y me besa sin poder moverme. Calidez. Morder. Lamer. Tocar. Nos pasamos la vida escondiéndonos de las cosas que nos hacen disfrutar, gemir de placer, gritar de alegría. De nosotros mismos. Avergonzándonos de lo que nos gusta. De estar desnudos, Pues bien, he de decir que estar desnuda tras haber disfrutado y sentirte libre, deseada, guapa y atractiva es la mejor sensación del mundo. Subirte encima y notar el poder, y sentirte dichosa y poderosa, sentirte que eres la que toma las riendas, de tu vida, del momento, del lugar, de tus problemas, del mundo. Noches. Días. Noches de silencio, furtivas, en la que el miedo de ser descubierto de pone el corazón a mil, la piel de gallina y los besos te quitan el aliento. Sentir que las mariposas han volado hacia cada dirección de tu cuerpo activando todos los nervios. Dejar de pensar. Dejar la vergüenza. El que dirán. Impulsos. Impulsividad. Expontaniedad. Ser tu dueña. Que nadie lo sea. Mirar con ojos de loba. Comerte al corderito. Sacar tu yo escondido. Cumplir fantasías.Ser una fantasía.Saltar. Gritar. Hacerle gritar. Saber que lo quieres y como lo quieres. Que sea tuyo. Que suplique por ser tuyo. Gemir. Sudar. Gritar. Contraerse. Ese momento clave. Que se te erice cada vello, Arañar su espalda. Arquear la espalda. Que ese sentimiento te llegue hasta la punta de los dedos y hasta la punta de los pies. Morer su oreja. Arañar su espalda. Dios como me gusta arañar su espalda. Oir ese "Te comería enterita" que tanto me gusta. Que te coma. Comertelo. Comerte el mundo. Saber que es tuyo. Saber que él es tuyo. Que nunca será tan de nadie como es tuyo en este momento. Y que podrías hacer con el lo que quieras. Sentirte Diosa. Musa. Eres una Diosa. Eres una Musa. Ser la manzana prohibida, roja, brillante, perfecta, esa que todos quieren morder, a la que todos quieren incar el diente, pero no todos pueden. Disfutar de la prohibición, saltarsela. Caer en la tentación. Hacer que caigan. Ser la tentación. Que él resbale por tu cuerpo. Ver su casa, observar su necesidad. Su necesidad de ti. Tu necesidad de él. Del extasis. Del sentmiento. De gritar. Por que todo lo que merece la pena probar, esta prohibido. Y quizas eso, es lo más interesante.
Besar. Morder. Gemir. Sudar. Gritar. SENTIR.

domingo, 5 de octubre de 2014

Tiempo, manzanas y serpientes.

Tras tanto tiempo, he decidido retomar este blog. Lo cierto es que el tiempo pasa para todo: para este blog, para mi, para todos, para las relaciones, los pensamientos, los que estan a nuestro alrededor, amigos, familia; para los sueños,  las esperanzas; incluso, para lo que no queremos que pase. Pero no pasa en valde, pasa y lo cambia todo. Se lo lleva todo consigo. Es algo tan relativo el tiempo,  tan intangible, tan doloroso. Quiza dos años son lo necesario, lo más que suficiente para cerrar heridas, para madurar y darte cuenta que el mundo no terminaba ahí,  ni siquiera habia empezado. Pero también ha sido suficiente para aprender,  a base de decepciones, que no todo es como se imaginaba esa niña de quince años que decidio empezar este blog. Para aprender que despues de todo este tiempo de entrega, no vas a entrar en esa universidad.  Que quiza nunca tu sueño se haga realidad.  Que el mundo real es, desgraciadamente,  en el que vivimos. Que tras seis meses comiendo de la manzana prohibida, irremediablemente llega la serpiente. Y se te enreda, como siempre,  en el cuello,  impidiendote respirar, y en el corazón, solo dejandote recordar. Y sabes que aunque no puedas volver a él, y tampoco quieras, echas de menos ese sentimiento que se apoderaba de ti y te extasiaba. Esos ojos azules que te decian que todo iba a salir bien y te descubrieron el mundo.  Y, entonces maldices el tiempo que se lo llevo y, justo en ese momento, sabes que era tuyo y te lo arrebataron.  Pero su tiempo ya ha pasado,  nuestro tiempo. Y ese tiempo te ha dado una nueva oportunidad,  una manzana, una nueva sonrisa, un nuevo holluelo al que besar.  Pero como todas las manzanas, tiene una parte podrida. Y aun que sea la más dulce de todas,  aunque el te haga tan feliz que quieras pasar toda tu vida con él;  siempre te acabas preguntando si algún día sentiras por él lo mismo que un día te hizo sentir esa sepiente que se enroscaba en tu cuerpo.  Al fin y al cabo, todo es tiempo.

sábado, 23 de junio de 2012

No lo sé, no se quien eres, ni se quien soy, quien deberías ser para mi ni quien yo para ti, no sé si esto que siento es bueno o malo, si soy tu amiga o algo más, si quieres que lo sea o que me quede estancanda en esta situación.
Sinceramente, hay días que quiero saltar por conocerte y otros días quiero morirme, me desespero porque me siento sola, por que no te entiendo, por que no se que quieres de mi, y pienso, pero nada consigo, por que para mi eres incompresible, un libro cerrado con candado que no puedo abrir, una misión imposible.
Y no puedo hacer nada, más de lo que hago ya, es como un circulo del que no puedo salir, no puedo decirte que te quiero, por que no si es cierto, y por que no se si tu lo haces; no puedo besarte por que no sé como responderás.
Así que aquí estoy arrastrada como un perro sin dueño esperando a que me dirijas la palabra a que me des la menor muestra de que significo algo para ti. Para que algún día suceda el mágico momento del beso y el final feliz, pero las cosas no son así, lo sé.

miércoles, 13 de junio de 2012

Rompamoslo todo.


Rompamoslo todo
Rompamos lo triste, lo amargo, las penas y los desengaños.

Rompamos el cariño, el amor, el odio , el "Ni contigo, ni sin ti", las indecisiones, las decisiones, lo esperado  lo inesperado,las contradicciones, el amor no correspondido; los "Te quiero" que se dicen sin sentir y los "Te amo" que se dicen sintiendolos.

Rompamos la etica, la filosofía, lo bueno y lo malo, la linea que los separa; lo que  nos hacen creer que es malo, y lo que nos hacen creer que es lo correcto; rompamos los clichés, pero también los cachés.

Rompamos las artes, el canto, la belleza, la pintura, la escritura, la poesia y las diversas metaforas que ella contiene.
Rompamos el cine, las películas, rompamos los barcos gigantes que se unden, el "Siempre nos quedara Paris", los gorilas mas grandes que empire state building, las vacaciones en vespa; las chicas buenas que se enamoran de chicos malos, y  los hombres ricos que se enamoran de prostitutas; los desayunos con diamantes.
Rompe conmigo; rompe mis manias, mis habitos, mis rutinas, mis defectos y mis virtudes, mi bipolaridad, mis locuras,, cuando te digo que no pero que si; mis dias rosas y mis dias negros; rompe mi timidez y mi extroversión, y sí,tambien rompe con mi mania de inventarme palabras. Rompe cuando me pinto los labios rojos, y me vuelvo loca por tu boca.
¡Rompe con Hollywood para que yo lo reinvente!
Rompamos con todo para que así podamos recontruirlo a nuestra medida, como queramos, sin ataduras, tal y como siempre lo hubiesemos querido.
Perfecto a nuestro parecer e imperfecto para los que no quieren ver. Hagamoslo con los ojos abiertos al mundo y a la luna, que las estrellas a estan muy vistas, con un nuevo horizonte.
Rompamoslo y hagamoslo otra vez como tú quieras, mientras lo hagamos juntos.


-A veces, me gustaría ser invisible...
+¿Invisible, para qué? 
-Pues... si fuera invisible haría muchas cosas... Por ejemplo ir a tu habitación y verte ahí, metido en la cama, durmiendo y suspirar, y saber que el mundo merece la pena. Para besarte y que no sepas que te está pasando. Y ponerle la zancadilla a todas las chicas que se acerquen a ti babeando, para que se les parte el labio o se les rompa la nariz y, por qué no, para que se traguen los dientes y así no te fijes en ellas. Pero sobre todo, me encantaría ser invisible para susurrarte mi nombre a todas horas, y que al verme, me digas que oyes mi nombre a todas horas, y que quizá te estás volviendo loco de tanto quererme...

Mírame

Mírame, que fuerte soy. Me resbala si follas o fallas. Si estudias o prefieres trabajártelas. Si odias los domingos o si vas hablando mal por ahí de mí. Si eres victoria o fracaso. Si te sigue faltando cerebro o si te sigue sobrando de ahí abajo. No me han quedado cicatrices de la ostia que nos pegamos, ni refugios, ni paisajes. Ni canciones que recordar. He vuelto a nacer y he vuelto atrás. Ahora soy invencible, imperfecta, sincera y rápida. Vuelvo a las andadas, que maravilla, ostias, quien me lo diría.